Desde el momento en el que emprendimos esta aventura visualizamos que este sería un lugar en el que tendrían lugar muchas historias… historias de todo tipo. De amor, de cumplir años, de celebrar buenas noticias, de negocios, de nacimientos, de compartir nuevos proyectos.
Por ello, diseñamos Quinta Lacy para que todas estas historias tuvieran cabida en un solo lugar sin necesidad de hacerlo difícil. El diseño fue tanto arquitectónico como en lo referente al personal. Siendo así y para que os hagáis una idea, tomamos el viejo dicho de que hay gente para todo tan cierto y acertado para nosotros que, además, le hemos añadido la continuación, dándole el toque que le faltaba: hay un sitio para todo.
3000 m en salones sin pilares que molesten para ver, observar, bailar, desfilar o pasear… 2000 m en jardín para celebrar, corretear, comer, reír y amar… . Todo eso suma muchos metros para dar forma a cosas muy bonitas, las cuales elaboramos con un modus operandi muy sencillo y eficiente al mismo tiempo.
Antes de comenzar a recrear la historia, queremos conocerte, saber cómo eres, cuáles son tus gustos y que no pondrías ni harías por nada del mundo. Necesitamos captar tu esencia porque a partir de ahí, fluye todo lo demás. Te mostramos ideas, como quedarían y cómo podemos hacerlo. Te mostraríamos como somos nosotros y como trabajamos. Fluye tanto, que, al terminar, querrás volver a empezar y repetir, del buen sabor que deja Quinta Lacy.
¿Diseñamos, creamos, contamos la historia juntos?
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